jueves, 5 de febrero de 2009

LAS DOS PROFESIONES DE DIANA"NOTA DEL DIARIO EL INFORME

MUCHO QUE ‘‘CANTAR’’. “REVISTA EL INFORME”
Las dos
profesiones
de Diana
La mujer, bella y elegante, lucía un vestido de
impactantes lentejuelas plateadas. El show iba
a comenzar. Había sido contratada para animar
la fiesta. Nada fuera de lugar para deleite de
los 300 invitados. Sonaron las primeras notas
y ella se disponía a dar su alma en cada canción
cuando un comensal, bruscamente, cae al piso
con signos de un paro cardiorespiratorio…la
gente desesperada gritaba: “un médico, un
médico”… Entonces, ella, dejó de lado el glamour
que representaban las lentejuelas y los
tacos…literalmente se lanzó del escenario y
comenzó a hacerle reanimación boca a boca al
hombre que yacía en el piso. Los presentes la
acompañaban con un silencio mortal,
mientras la esposa e hijas del infortunado
lloraban desconsoladamente. El invitado
superó el paro y se fue de la fiesta en ambulancia
y finalmente, la mujer vestida con
lentejuelas no pudo cantar pero fue inolvidable
para los presentes y seguramente la
escucharon con posterioridad a esa infortunada
noche. La mujer es la Dra. Diana Bellone. Ella
confiesa que logró ejercer dos profesiones
paralelas: “nunca las mezclo, por lo menos
no deliberadamente. No me siento ni un
médico que canta, ni una cantante que
hace medicina, sino una persona con dos
profesiones”.
Esta rubia que grabó dos CD, uno de
ellos “Tierra Negra”, postulado para los
premios Gardel 2008, nació en La Plata. Su
infancia se desarrolló entre juegos y estudio:
a los 6 años ya comenzó a escribir poesías y a
los 10 publicó su primer libro, “Mis versos”,
que le valió un premio de la Municipalidad de
su ciudad natal. Como tantas niñas de su
edad, a los 7 años comenzó a estudiar piano y
a los once guitarra. Todo indicaba que su
futuro estaba indudablemente relacionado
con la música. Pero al finalizar el secundario
no dudó en inscribirse en la laureada Facultad
de Ciencias Médicas de la Universidad de La
Plata y a los 23 años obtuvo el título de
Médico. Desde entonces ejerce la medicina y
sigue unida a la Facultad como docente.
“Actualmente trabajo en el Hospital Rossi de
La Plata. Fui residente de Clínica Médica e
Instructora de Residentes. En 1988 me
especialicé en trastornos de la nutrición en la
Universidad Favaloro…y continúo con la
música que es mi pasión”, resume desde su
hogar que comparte con sus tres hijos.
Las musas y El Matador
Diana no dejó de lado la música…ella la
acompañó en cada etapa y detalla que a los 32
años decidió darle otro tino a sus estudios y
cursar Canto Lírico con la famosa soprano y
profesora María Gondell: “Luego hice la
carrera de Canto Lírico en el Conservatorio
Provincial “Gallardo Gillardi” de La Plata,
hasta 6º Año. Me dediqué a la ópera y la música
de Cámara por mucho tiempo. Integré el
histórico grupo vocal platense de Canto Lírico
“Cantoría Ars Nova”, bajo la dirección de Raúl
Carpinetti y finalmente me fui a estudiar Jazz
a Buenos Aires, hasta ahora sigo con Laura
Hatton”.
Gracias a su hermana volvió a pensar seriamente
en la música como profesión. Es
que, “La música para mí es el vehículo del
alma, no tiene tiempos, ni idiomas, es como
el agua, puede surgir de un determinado lugar
pero fluye y se esparce por toda la tierra fusionándose
con todo lo que encuentra y transformándose
en el que la escucha y en el que la
ejecuta, es la forma que tiene el ser humano
de esparcir su esencia”, resume.
En 1996 Diana decidió cantar profesionalmente.
Desde entonces, no paró ni un segundo:
shows, grabaciones y hasta realizó los
coros a Cacho Castaña en su última presentación
en el Luna Park. “Hice coros en el CD
de Cacho, en “Ya nada es lo mismo” y estoy
en el último CD-DVD que sacó en diciembre
pasado. Ocurre que Juan Manuel Echandi,
arreglador, pianista y director artístico de Cacho
fue mi pianista todos estos
a-ños hasta que comenzó
a trabajar con Cacho y me
llamó para los coros. El
hizo los arreglos y toca
en el CD de jazz mío.
Edité dos CDs, uno
con versiones propias
de temas pop, “Duende
Mágico”, titulado como
una de las canciones que
compuse y, en el año
2007, “Tierra Negra”,
de jazz y bossa”, dice
rodeada de sus gatos
en la tranquilidad
de su hogar.
Con cada una de sus interpretaciones
pretende transmitir sentimientos, sensaciones
y “mensajes ocultos del corazón
que no pueden expresarse con palabras y
así entender que todos somos parte de un
todo, pretendo transmitir la universalidad
de nuestro ser, entiendo a la música como
un concepto universal, por eso no me gusta
cuando dicen: ‘esta música es nuestra’, ‘esta
música no es de acá’, ‘esta música no está en
mi idioma, esta música representa al imperialismo
yanqui’, por ejemplo. Es como
manchar la música con la mezquindad, la
mediocridad y la limitación de ciertas mentes
encasilladoras y generadoras de fronteras, la
música está por encima de todo eso, puede
haber surgido en un lugar, (como el río) pero
es de toda la humanidad. Cuando me
preguntan, por que no cantás en tu idioma,
yo les contesto que la música es el idioma
universal y a través de ella no necesitamos
traducciones, si nos abrimos y nos dejamos
transportar. También interpreto tangos y
folclore”.
El mundo del jazz
y la bossa
“Elegí el jazz por que me interesó
todo lo referente a la evolución de
la música negra desde África a
América, el dolor, la fuerza, el
sometimiento de un pueblo y de
una raza cuyo único modo de
salvación y de trascender era la Música.
Primero el negro spiritual, el blues y como
se fue transformando, fusionando y
echando raíces en nuestro continente y
finalmente floreciendo en ese arte
maravilloso que es el jazz. «Tierra Negra»
trata toda la temática de la evolución de la
música negra la primer canción ‘Senzenina’,
es una canción tradicional africana,
que dice: “¿qué hemos hecho?
nuestro único crimen es ser negros»,
puntualiza para agregar que “la
bossa es el pariente más cercano
de la música negra en el cono
sur junto con el candombe…,
tienen una dulzura y una
nostalgia que a mi me
gustan mucho».
Para escucharla en la web http://www.myspace.com/dianabellonemusic - http://dianabellonejazz.blogspot.com/
Entre
el escenario y
el consultorio
“Una paciente mía sufría cáncer
de recto y me fue a ver a un
concierto lírico, cuando vino a
saludar me dijo: «por un rato
me hiciste dejar de pensar en el
cáncer». Ese día sentí que había
cumplido más como médico,
cantando que en el consultorio,
porque en medicina nuestro
lema es «curar a veces, confortar
siempre», y a esta señora no la
podía curar”.
Colaboración: MarcelaF.Carletta
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